estoy en mi cama. tengo amigdalitis y vuelo de fiebre. mis mamás a mi lado, me frotan el cuerpo entero. los colores --rojo y amarillo-- de la cápsula de antibióticos que había tomado minutos antes se repiten en una sucesión demónica en un sueño sin fin. siento cómo mi cuerpo flota y mis dientes se convierten en astillas de vidrio, veo una bola gigante, gigante, como el universo, que después se achica hasta volverse miniatura. el cambio drástico de inaprehensible a inaprehensible me angustia. "me siento como pintada en un libro", le digo a dodó y ella me agarra la manita hirviente entre sus manazas de piel de mantequilla para que no me caiga por el hueco que se ha abierto justo abajo de mi cama.
un miedo, uno sólo: que la fiebre no baje, que no estés bien, que no estés.
sobredosis de miedo médico este finde.
4 comentarios:
La mia mama me mandaba a pegarme una ducha de agua tibia, y eso me bajaba la fiebre. Ojalá el consejo ya no sea útil y todo esté bien. :)
El único recuerdo que tengo de alguna pesadilla mía (que involucraba dragones que me perseguían y querían chamuscar, volando enfurecidos alrededor mío, como si fuese el centro único de su universo... ¡oh, qué egocéntricas que pueden ser las pesadillas!) fue causado por una fiebre de esas que duran más de lo que deberían. Para suerte mía, luego de aquella larga noche, nunca más fiebres tan altas, nunca más dragones.
Ojalá la fiebre le baje a quien está en tus pensamientos. Ojalá esté bien. Ojalá siga allí.
Fuerza.
gracias por la buena onda, chicos.
la fiebre siempre baja.
es más difícil bajarle a los miedos.
abrazos.
sí. exactamente eso sentía con la fiebre. una mezcla indescifrable de percepción con los ojos cerrados de formas voluminosas que se hacían gordas y ocupaban toda la habitación mientras te daban chuchos de frío terribles!
qué lindo leerte. me alegraste el día.
salud!
Publicar un comentario