-"el dos con el seis, y no es ocho. y es importante, porque ocho está muy mal".
cuando nos encontramos a este lado del mundo sentí que somos figuritas de un parqués cósmico rarísimo. nos vemos acá y somos los mismos, y a la vez no, pero nos seguimos queriendo. es verdad, confieso: a mí me gustan los reencuentros. y sin embargo, oh, en el sueño aparecían dos fantasmas de colegio de esos que en redes sociales no saben más que poner su foto hipersonriente junto a la catarata o a la pirámide, y yo huía descaradamente. supongo que podría justificar la huida pero creo que lo realmente importante es no acumular amarguras. ya es suficiente con la tristeza y la culpa para que encima haya que cargar amargura. eso, creo, me impresionó de la película, cuando Judith le dice a Diego que le perdone por tanta amargura. que un dios se ampare de mí y me evite tener que pronunciar una frase de esas ante un hijo.
lo de los hijos para la próxima sesión.
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