marzo 17, 2009

24 hours

la sangre, tan roja, tan a borbotones, tan mucho más aterrorizante de lo que debería. lo sueño de nuevo, y veo a una ella de tacones y vestido negro, con sus ojos rasgadísimos y sus labios rojísimos, y sé que no es ella porque ella ni lo uno ni lo otro, pero ahí está. y quiere entrar pero no se quita los zapatos. lo mejor es que no vea la sangre, lo mejor es que vuelva a su oficina y escale las paredes. la imagen regresa, la puerta abriéndose y el cristo frente a mí, tan maría que no lo puedo soportar. pulso los botones y la voz me responde. sé que está ahí pero hoy, de verdad, lo que necesito es un abrazo. cierro la cartera, doblo el kimono, compro tres manzanas verdes y una lata de pulpa de tomate. lo sé: lo único que salva es el amor.

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