mayo 26, 2008

"freud -must still be- revisited" (o "lacan no siempre es incomprensible")

– Se habla cada vez más de una crisis del psicoanálisis. Se dice que Sigmund Freud ha sido sobrepasado, que la sociedad moderna descubrió que su obra no sería suficiente para comprender al hombre ni para interpretar de modo profundo su relación con el mundo.
– Son sólo cuentos. En primer lugar la crisis: ésta no existe, ni puede haberla. El psicoanálisis no ha encontrado en absoluto sus propios límites; todavía no. Aún resta mucho por descubrir tanto en la práctica como en la teoría. En psicoanálisis no hay solución inmediata sino sólo la larga y paciente búsqueda de razones. En segundo lugar Freud: ¿Cómo considerarlo pasado de moda cuando todavía no lo hemos comprendido del todo? Lo cierto es que nos dió a conocer una serie de cosas totalmente nuevas que no hubiéramos podido imaginar antes de Freud. Desde los problemas del inconciente hasta la importancia de la sexualidad, desde el acceso a lo simbólico hasta la sujeción a las leyes del lenguaje. Su doctrina cuestionó la verdad y esto es algo que concierne a todos y a cada uno personalmente. Lo que sucede es muy diferente a una crisis. Estamos lejos de Freud. Su nombre también sirvió para cubrir muchas cosas, ha habido desviaciones, los epígonos no han seguido siempre fielmente el modelo, se han creado confusiones. Después de su muerte, en 1939, algunos de sus alumnos pretendieron ejercer el psicoanálisis de otra manera, reduciendo su enseñanza a una fórmula banal: la técnica como ritual, la práctica restringida al tratamiento del comportamiento y como medio de la readaptación del individuo a su medio social. Es la negación de Freud, un psicoanálisis del confort, de salón.
Él mismo lo había previsto. Hay tres posiciones insostenibles, decía, tres tareas imposibles:
gobernar, educar y ejercer el psicoanálisis. En nuestros días, poco importa quién toma la
responsabilidad de gobernar, y todo el mundo se cree educador. En cuanto a los
psicoanalistas, prosperan como los magos y los curanderos. Proponer ayuda a la gente
significa éxito asegurado y la clientela amontonándose detrás de la puerta. El psicoanálisis es
otra cosa.
– ¿Qué exactamente?
– Lo defino como síntoma – revelador del malestar de la civilización en la que vivimos.
Ciertamente no es una filosofía. El psicoanálisis no es tampoco una fe, y no me gusta llamarlo “ciencia”. Digamos que es una práctica y que se ocupa de aquello que no anda bien. Una práctica terriblemente difícil porque pretende introducir en la vida de todos los días lo imposible, lo imaginario. Hasta ahora, ha obtenido ciertos resultados, pero aún no tiene reglas y se presta a toda clase de equívocos.

2 comentarios:

Chiquilín de Bachín dijo...

Me han venido unos deseos inusitados de imprimir este post y pegarlo en las paredes de mi facultad. Afortunadamente existe gente que piensa como usted :)

maria correa dijo...

no, afortunadamente hay gente que piensa como USTED! :) lo de pegarlo en la facultad me parece una buena idea, pero no se olvide de darle crEdito al buen Jacques-Marie. abrazo.