(hace tanto no escribo que me temo que se me haya olvidado. and yet, here we go.)
un mes después de EL temblor, el pánico vuelve. en realidad se mueve como marea: a veces es menos, a veces es más, a veces son más personas, a veces no es nadie. yo sigo en mi posición de boya y me niego tanto a hundirme en la negra desesperanza como a cerrar los ojos ante la verdad de esta era. amigos que viven en kanto, amigos con hijos, amigos neuróticos se deshacen en reproches. dicen que yo no sé lo aterrador que es todo esto. la gente de kansai no sabe, dicen. me pregunto con qué derecho se adjudican los tokyotas-angustiados la capacidad de saber qué está pasando y de saber cómo reaccionar. yo les digo: tú y yo y las pequeñas partículas radioactivas que inevitablemente hemos recibido--porque, no nos hagamos los idiotas: desde el día uno supimos que esto iba a ser una tragedia de niveles hasta ahora desconocidos-- no tenemos ni puta idea de lo que se siente. saben los que perdieron su casa en el mar, los que vieron a sus familiares volverse barro, saben los que todavía no saben dónde están sus cosas, su gente. saben los que tienen que reconstruir la vida al mismo tiempo que hacen un duelo que ni siquiera da lugar a la rabia porque no hay con quién enfurecerse (¿el mar? ¿los dioses? ¿la tierra?). saben los que viven en refugios donde poco a poco "haber sobrevivido" empieza a no ser suficiente, donde la gripa y el tedio ya han empezado a contagiar.
el riesgo, claro, es pasar inmediatamente al bando de los que nada dicen sobre fukushima. ¿quieren que diga? pues digo: es una catástrofe muy mal manejada, agravada por la codicia de los dueños de este país (y de todos), una catástrofe en la que nadie sabe qué hacer porque aún no ha sido escrito el manual que dice cómo deshacerse de una planta nuclear. pero también digo: mucha marcha antinuclear (carne de elecciones en alemania) y mucha queja pseudoecológica pero nadie se da un minuto para cuestionar qué tipo de sociedad (no: qué tipo de mundo) ha hecho necesarias plantas nucleares. (sí, usted, amante empedernido de la estética de la luz de neón, del tokyo vibrante, a la vez que gran consumidor de verduras orgánicas y camisetas de cáñamo--all very fair trade, a usted le hablo así usted no lea esto). sea revelado o no (mejor sí que no), el hecho no cambia: esto es un accidente mayor. lo único que puede variar es la manera de afrontar el hecho. igual paniquearse y fantasear el fin del mundo que ser el estóico impasible que no se conmueve ante nada o convertirse en activista antinuclear: cada cual asume la carga como puede.
¿entonces qué? a mí me da grima el drama televisado que se montaron los colombianos repatriados con la ayuda de los canales privados y me sostengo en la idea de que no hay necesidad de salir corriendo. porque además, correr... ¿hacia dónde? ¿samarra? mientras no haga uno la idiotez de ponerse en peligro a propósito, huir sólo consigue cambiar las coordenadas del riesgo.
5 comentarios:
La extrañaba, ricura.
Si yo hubiera podido me habría quedado en mi Tsukubita mecedora. Pichurria. Quién me manda a graduarme.
javi: y yo a ti, papi.
olavia: pero ojo pelao, no se trata de fidelidades ciegas: si a esta servidora le ofrecen un trabajo decente y bien pago en otro lugar del mundo, no dudo ni un minuto en ir (bueh, seguro que uno o dos minutos dudaría). a mí lo que me indigna es la teatralización de todo este asunto.
además, a graduarse la mandamos su mamá, su papá, el señor que escribió más arriba y yo, así es que haga el favor de portarse a la altura, licenciada :)
[aquí vino ruth, leyó, se fue pensando en muchísimas cosas y con ganas de saludar a lucía y mandarle un abrazo, lo cual hace en este justo instante. ah, y claro, como siempre ruth agradece que lucía escriba, y como siempre se queja de no poder oírla de viva voz, y como siempre no sabe como para qué deja el comentario pero es que ruth quiere que lucía sepa que pasó por aquí y que anda por aquí y que tiene a lucía en su corazón. eso]
gracias ruth :)
abrazo
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