diario de tesis 6

una letra y otra y otra y otra y otra. y sumadas, extrañamente, no hacen una página, ni veinte, ni las doscientas que idealmente debería entregar en un mes. un mes. sólo un mes y yo, todavía, a medio camino. leo a veces con una claridad que nunca y sé que lacan sí, sí, sí aunque mi profesor se empeñe en decir que hay que ser discretos. ¿pero para qué? ¿para quién? sé ya, ahora, que dejé de escribir para ellos, para el título, para la incomprensible academia. escribo una tesis sin (jurado) lector, un mamotreto que nada importa y que, sin embargo, es el centro del mundo. así de simple: si las hojas de los árboles que se ven a través de esta ventana se vuelven rojas es porque tesis. y así, sin darme cuenta, el noviembre que llega no es el noviembre de entrega final sino es el noviembre que v-u-e-l-v-e, con rojo y azul y amarillo y yo recuerdo que en noviembre es menester ser feliz. por ahora, una obra noh (ono no komachi) y un episodio de kyogen, cena vietnamita, una noche en el sento, mucho aikido y muchos "cuando necesites, estoy ahí". en realidad no importa si termino o no.