empezar el día a la medianoche, llorando por una tontería, no sé, por sentirse poco inteligente, incapaz de delimitar marcos teóricos o hilvanar conceptos, o porque los estándares son demasiado altos para uno, tan bajo. llorando como un niño porque la desazón es inherente a la condición humana, porque uno se ha dado cuenta de que el otoño, en realidad, es tristísimo. llorando como si llorara una juma de tequilas que no se ha tomado, porque es imposible creer, porque sólo existe la incomunicación. llorando por el pasado, el presente y el futuro, porque el tiempo y la muerte, porque imposible. llorando con rabia hasta que el sueño acude y lo cubre todo con su velo de ficciones satisfechas.
y entonces "happy and real" -en sus tres versiones-.
1 comentario:
ay lucía... que forma de tocar con las palabras...
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