junio 04, 2007

a pesar de

camino poniendo toda la atención en la planta de mi pie. de vuelta a ser un niño que empieza a caminar. Juliette me escribe contándome que Malo spinned from back to front all by himself for the first time in his life. y yo ya lo sé: cualquier cosa es una idiotez comparada con los primeros movimientos voluntarios de un cuerpecito de humano. aprender a levantarse, aprender a caer. es inevitable: volveremos a estar parados sobre nuestros dos pies y no nos daremos cuenta de que haciéndolo estamos desafiando la gravedad. en mis sueños, una carta llena de garabatos que deberían estar en español pero están en un imposible japonés. sobre mi mesa, lolita, karenina, clarice, un frasco de pastillas, una pistola cargada, ropa vieja y el reloj que todavía me grita: ya es hora. nada me daría más temor que no conseguir un pasaje de regreso a casa.

4 comentarios:

Culebrero dijo...

La última vez que tuve una pistola cargada sobre la mesa, mi vida pendía de un hilo. En ese momento descubrí que el temor y el miedo son fuerzas que pueden salvarnos la vida.

Anónimo dijo...

a mi una vez se me disparo una...bueno no una pistola, mas bien una carabina

d. dijo...

yo nunca tuve una pistola sobre la mesa, pero es necesario que sepas que SIEMPRE habrá pasajes de regreso a casa.

maria correa dijo...

culebrero: tendré que confiar, entonces, que con las cantidades de temor en mi vida, estoy más que salvada.

jj: no era una carabina. era una escopeta. y gracias a la mano del azar no le volaste los sesos a tu mellizo.

dholo: yo tampoco. y tienes razón, como siempre...