abril 28, 2007

shabbat

1. técnicas de avanzados. sé que encojo los brazos, que doblo los dedos del pie al rodar hacia atrás, que el ángulo de caída con el brazo izquierdo todavía no es correcto y que si me concentro exclusivamente en hacer las técnicas, todo es más fácil. hoy entrené en silencio, tanto como pude. el error de mis uké es mi propio error: probablemente soy yo quien no consigue indicarles el camino. empiezo a hacer la lista de técnicas para el examen. ushiro ryo-kata y ryo-te dori están siendo mis ataques favoritos.
2. nos sentamos en la terraza del café y empezó a llover de repente. entramos y la pésima acústica del sitio impidió escuchar el video. mientras tratábamos de seguir a pesar de los inconvenientes, se acabó la pila del dvd. y justo en ese momento salió un sol que no dejó de brillar en el cielo azulísimo hasta las siete. estoy segura de que no he debido recibir el pago por esta clase de inglés, pero mi "alumno" insistió en que me pagaba por mi tiempo. ella tenía razón: dar clases de conversación en inglés y ser hostess en un bar no son trabajos muy diferentes.
3. en el 21 freud escribió un textito sobre la telepatía. a mi parecer, la posición de freud respecto a los fenómenos "ocultos" es bastante ambigua. es claro que no les da crédito como fenómenos paranormales, pero tampoco está dispuesto a hacer una negación científica de su existencia. en últimas, esto se parece al tono del psicoanálisis frente a la ciencia: el psicoanálisis no es una ciencia, pero no es una no-ciencia. en cuanto a fenómenos ocultos, veo dos "grupos": uno tipo deja-vu, sueños cumplidos, etcétera. en éstos el problema es el de la realización, es decir, que una dimensión no-real se mete como una cuña en la realidad. no hay que decir más: el asunto acá es qué diablos es y cómo se construye la realidad. en el otro están la hipnosis, la telepatía, etcétera. aquí lo que es evidente es la presencia de otro (¿sujeto supuesto saber?) con el que está en marcha la transferencia. en efecto, la telepatía sólo ocurre dentro de una relación de transferencia que, bien sabemos, no es otra cosa que una relación de amor.
4. salgo de la oficina sin mirar atrás, contando los pasos y cantando canciones. distraía la mente con planes inmediatos: llegar a casa, preparar una pasta de berenjenas y tomates, lavar el keikogi... ¡el keikogi! lo había dejado dentro de mi escritorio. no sé si deba culpar al alzheimer que corre en la familia, a la mala influencia de sensei, a mi pinche inconsciente o a los demonios. en todo caso, ni volviendo atrás se puede volver atrás.

1 comentario:

Chiquilín de Bachín dijo...

Todo tiempo pasado es peor,
no hay tiempo vivido peor
que el perdido en añorar