aunque casi cada noche duerma de ocho a diez horas, me levanto siempre con sueño. o las horas de sueño no alcanzan, o mi sueño se desliza despacito, como flotando a destiempo en el río del tiempo. me levanto en la mañana, me hago los más absurdos propósitos para el día, para la semana, para la vida, y después me siento frente a la taza de té. el cereal con fruta, el kotatsu que pronto guardaré, el intento fracasado de sembrar una planta en la ventana. no tengo mano verde para las plantas, pero en cambio la gente me sigue llamando a pedirme consejos. "es que necesito alguien que me escuche", me dice ella, y yo pienso en mis diecisiete años, cuando abandoné las letras seducida por la idea de convertirme en una perfecta oidora que no fui.
la semana pasada, seminarios, coloquios, conferencias y la gran limpieza anual de la oficina. cambié de escritorio, tiré las tapas plásticas que se acumulaban en los cajones, y encontré en medio del desorden un cenicero en forma de hoja. me compré un vestido negro de puntitos y me fui con los labios rojos a graduarme de nada de nada. recordé que olvidé pedir la copia del diploma en inglés; cuando vuelva a colombia voy a sacar este papel lleno de garabatos y les voy a decir que ahí está claramente escrito que soy la dueña del universo, que hagan el favor de desalojar. t. se casó de kimono y n. se casa de vestido blanco. las dos dicen que preferirían no hacer fiesta de matrimonio, pero los padres, la sociedad... el matrimonio es un asunto serio y recurrente. es una palabra que se aparece tantas veces al día que da susto. ¿han notado qué sorprendentemente parecidas son las palabras matrimonio y patrimonio? pues eso. llegó el anuncio de que reducen la beca un poco ahora y otro poco después. así, lo inevitable: tendré que hacer baito. clases de inglés o de español. probablemente a la hora del almuerzo. juré que no lo volvería a hacer, pero ya ves. sueño que hay miles de personas en un salón, haciendo una especie de rehersal de una obra de teatro. yo estoy incómoda, no entiendo por qué estoy ahí, siempre he sido pésima actriz, mientras no se trate de mis escenificaciones histericoides. te digo: quiero salir corriendo. y una voz me llama: "¡maría!". me dicen que me vaya, que soy pésima, que nunca me he debido meter a actuar. no me digan cosas que ya sé, pienso con rabia. últimamente la rabia se me ha hecho una sensación común. raro. como la rabia de sentir que me visto con camisas de fuerza. reescribo una parte de la tesis para -quizás- publicar. a qué horas me vendí de esta manera a la academia, me pregunto. pero no me jodas, me contesto, que por ahora estoy atrapada en la sensación de leer y entender, y escribir como si todo fuera un jeroglífico. y está bien. dentro de la cabeza it's all sexiness. tiemblo de arriba a abajo y a veces ya no sé cómo hacer para darle la cara al mundo. tres años más parecen tanto y tan poco a la vez. la impermanencia, la temporalidad: esta es la temporada del cerezo.
tema recurrente y cámara nueva: advierto que será una combinación letal.
1 comentario:
pues a mi, en cambio, me parece una combinación encantadora!
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